ENTREVISTAS DE UN CONFINAMIENTO - Filipa de Castro y Carlos Pinillos #Danza
FILIPA DE CASTRO
Y
CARLOS PINILLOS
Bailarines
principales de la companhia nacional de bailado #portugal
Buenos días, Filipa y Carlos. En primer lugar, queremos darles las gracias
por atendernos. ¿Cómo afrontan esta situación de confinamiento tan excepcional
provocada por el COVID-19?
Buenos días y
gracias. Será un placer contribuir con nuestra experiencia para entre todos
ganar una perspectiva más amplia sobre cómo esta situación nos afecta a todos.
La danza constituye una parte importante dentro del mundo de las artes y de la
cultura y por tanto de la sociedad en su conjunto. Por ello valoramos
iniciativas como la vuestra con la que tendremos todo el gusto de colaborar.
No cabe duda
que la situación que vivimos se ha presentado como algo inesperado para todos.
También es cierto que la “treta emocional” se ha convertido a lo largo de la
historia del ser humano en un instrumento recurrente de “la civilización” para
justificar cualquier acto irresponsable en aras de la evolución y el Progreso.
Para que se nos entienda, es como decir que esto nos pilla de sorpresa, aunque
de algún modo sabíamos que tarde o temprano acabaría sucediendo. Así que ahora
no queda otra que ponerse manos a la obra y entre todos arrimar el hombro para
salir de esta de la mejor forma posible.
Nosotros
afrontamos la situación como lo que es, una auténtica catástrofe, pero al mismo
tiempo una gran oportunidad. Una oportunidad de replantearnos aspectos que a lo
mejor estábamos enfocando de forma incorrecta y que ahora se presentan como
solución a un enigma que no conseguíamos resolver. Estamos siendo testigos en
estos días de como la sanidad, la ciencia, la enseñanza o la cultura se
presentan como elementos irrenunciables de la sociedad en que vivimos. Así que
nosotros trataremos de aportar nuestro granito de arena de la mejor forma
posible. Nuestra profesión o la educación de nuestros hijos nos coloca por
fuerza en esa situación.
Les hemos visto en las redes haciendo algunos ejercicios de barra,
incluso piruetas… pero, ¿es suficiente para mantenerse en óptimas condiciones
físicas? ¿Qué consecuencias puede tener esta situación para los bailarines
profesionales?
Es verdad que
hemos dejado caer en las redes algunos momentos de nuestra rutina diaria en
forma de ejercicios de barra, incluso alguna que otra pirueta. Esto solo es una
parte pequeña de todo aquello que hacemos para mantener la forma. La clase
representa tan solo el trabajo genérico que contribuye esencialmente al
mantenimiento del tono muscular, sin olvidarnos de la elasticidad o la
coordinación. Pero después entramos en el campo de la explosividad o la
resistencia, para lo que necesitamos un trabajo más específico del que ofrece
una simple clase. Para ello hemos tenido que recurrir al ingenio. Por ejemplo,
como no tenemos bicicleta estática ni nada que se parezca, usamos una escalera
de mano con la que hacemos elevaciones en forma de “steps gym” elevando el
ritmo cardiaco hasta la fase aeróbica deseada. O con sillas, sofá o todo lo que
se nos ocurre hacemos ejercicios de pliometría o propioceptividad para trabajar
salto. Creemos que cuando todo vuelva a la normalidad no estaremos en forma
como para interpretar un ballet de tres actos, pero de lo de que se trata es de
mantener una base sólida que nos permita retomar la disciplina con el menor
impacto posible. Después de eso, el tiempo de recuperación del nivel óptimo
dependerá de la capacidad y experiencia de cada uno.
En cuanto a las giras que tenían programadas en la Companhia Nacional
de Bailado, Galas previstas, masterclass, etc… ¿creen qué será posible su
prorroga a fechas más tardías?
El impacto en
Portugal ha sido menor que en otros países, así que la programación nacional o
internacional tendrá que ser analizada de diferente manera. Imaginamos que por
una cuestión de ética profesional y compromiso con el público, todo el mundo va
a intentar mantener en la medida de lo posible los compromisos adquiridos
anteriormente, aunque coordinar todo el tejido de eventos mientras levantamos
cabeza va a ser complicado. No olvidemos que esta pandemia se vive a diferentes
ritmos en los diferentes países. Entendemos que algunas cosas, no solo por
cuestiones de agenda sino también de presupuesto, desgraciadamente caerán. Aquí
imaginamos que casi todo se prorrogará a fechas posteriores. Para los
compromisos internacionales ya depende de otros factores. Con las Galas y otros
eventos fuera de la compañía que nosotros teníamos en agenda, pasa exactamente
lo mismo. Pero tenemos proyectos que así que todo esto termine vamos a
concretizar si o si, y seguro que cuando lo hagamos tendrán un sabor diferente
al que idealizábamos antes de todo esto.
Se acerca el Día Internacional de la Danza ¿Tienen pensado algún tipo
de celebración?
No hay mayor
celebración que el hecho de constatar como la comunicación en estos días se
presenta como algo tan necesario. Tenemos algunas ideas para ello, que al fin y
al cabo se habrán de traducir en un mensaje para todos. Clases abiertas, vídeos
o links de nuestros espectáculos no servirán de nada si no lo enfocamos de la
forma correcta. La danza no es solo un arte, sino uno de los instrumentos de
comunicación más poderosos de los que dispone el ser humano. Surge como una
necesidad. Esto es innegable, pues si lo pensamos bien nos daremos cuenta de
que cuando somos pequeños arrancamos a bailar de forma espontánea antes de
haber aprendido a caminar o incluso hablar. Querremos recordar que seguimos
juntos en esto y que si queremos mantener unidas todas las piezas que componen
nuestra sociedad, tendremos que incidir en esa argamasa que es la estructura
social. La cultura y la danza como forma de expresión, es parte de ella. Pese a
la distancia, el confinamiento o incluso el cierre de las fronteras estamos
seguros de que en este día mucha gente tendrá cosas maravillosas para contar.
Nosotros aportaremos nuestro granito.
Esta situación, también ha parado la formación de miles de alumnos de
conservatorios, escuelas, etc… en todo el mundo ¿tienen algún consejo para ellos?
Les diríamos
que probablemente, antes incluso de convertirse en bailarines profesionales,
estén ya mismo interpretando el papel más importante de toda su vida. Un papel
del cual depende mucha gente, ahora, pero también en el futuro, porque tendrán
que pasar un testimonio de lo que la humanidad vivió en estos días a próximas
generaciones. Van a aprender cosas que de otra forma no hubiesen aprendido y
tendrán que transmitirlas a otros. Deben aprovecharlo el momento con el máximo
de inteligencia y determinación. Las dificultades no deben ser la excusa, sino
el camino que nos recuerde aquello que somos en realidad, seres humanos. Que
nunca pierdan esa humanidad, porque si piensan que solo el talento o la
sensibilidad les convierte en artistas, intérpretes o bailarines, están muy
equivocados. Esta es el momento de aprender de todo y de todos, de nuestros
padres, nuestros abuelos que tanto han vivido. Puede que estemos abriendo los
ojos a aspectos de la existencia a los que estábamos siendo completamente ajenos,
obsesionados más con la presencia que con la comunicación, con lo material que
con lo espiritual. ¿El resto?... tienen juventud. Que tengan calma, que
aprovechen el momento y que sean capaces de mantener algo que nosotros llamamos
“el mínimo indispensable”, una carga de trabajo que sean capaces de mantener
todos los días, sin excepción. Cuanto más alto sea este nivel mejor, pero sin
constancia no servirá para nada. Del resto nada más, solo recordarles que
cuando todo esto acabe todos seremos personas diferentes a las que éramos antes
de recluirnos en nuestras casas. Entonces el camino se mostrará ante ellos como
nunca lo había hecho.
Muchas gracias.
Cultura Danza
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